Muchas veces cuando una persona llega a nuestras vidas y formamos una relación, ésta cambia nuestra forma de pensar, cambia nuestros hábitos y nuestros objetivos... cambia nuestro destino. Muchas de las veces es para bien, para darle sabor a nuestra vida (aunque algunas otras pocas veces hace lo contrario, hay que tener cuidado).
En cualquier caso, una relación sana y bonita debe dar valor a tu vida, debe llenarla de alegrías y victorias, no de tristezas y lágrimas. Si te encuentras en una relación donde predominan más lo malos momentos que los buenos, es hora de evaluar qué está pasando y cómo puede ser corregido.
Al inicio de una relación podemos sentir ese nuevo sabor del amor, esa pasión... el problema es que esa sensación por lo general es fugaz, "el chispazo inicial" se apaga pronto, lo que importa es saber mantener y alimentar esa llama constantemente... claro, hay que darle chispas de pasión de vez en cuando también, pero no es un sentimiento constante como el que se siente en los primeros meses de una relación.. debemos entender esto, ya que muchas veces se confunde esa chispa y emoción inicial con amor verdadero.
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