Muchas veces cuando salimos de una relación fallida, nuestro primer objetivo es olvidar a esa persona, es borrar de la mente todos los recuerdos y experiencias vividos a su lado, esto no está bien, la experiencia nos sirve de mucho en nuestra vida y es una aliada importante... lo que tenemos es que superar, asimilar y aceptar que por una u otra razón la relación no pudo ser y cada persona tomará distintos caminos.
Al hacer esto no sólo aprendemos sino que crecemos como persona, nos volvemos más maduros y capaces de controlar nuestros sentimientos y emociones. Sí, al principio puede ser muy difícil ya que la herida está muy reciente, así que tómate tu tiempo para llorar y lamentarte (no más de 1 semana), y luego cierra esa página, di adiós, despídete de buena manera, porque ya está asimilado en tu mente y corazón que esa persona no estará más a tu lado.
De todas las relaciones podemos aprender algo, no tenemos que catalogar una relación como mala o buena, todas dejan sus experiencias, en unas aprendemos más que en otras, en una sentimos más amor que en otras, pero a la final todo se traduce en aprendizaje, estamos constantemente aprendiendo cosas nuevas, tanto de nuestra pareja, como de nosotros mismos y la relación que llevamos con esa persona... es un proceso de evolución y adaptación constante.
Así pues, no dejes que el mal de amor llegue a tu vida y te derrumbe, eres más fuerte que eso, y de seguro hay una persona esperando por ti que llegará cuando menos lo esperes, sigue adelante con tu vida tranquila, tratando de no cometer los mismos errores que cometiste en tu relación pasada.
Me gusta pensar que somos como los vinos, mientras más tiempo pasa (y por consiguiente, más experiencia acumulamos) nos volvemos más finos, más exigentes para quien está a nuestro lado (porque ya sabemos bien lo que nos gusta y lo que no nos gusta). Esto es bueno, conocerse es fundamental.
¡Mucha felicidad para todos!
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