viernes, 4 de mayo de 2012

Una flor en la mano

Tú, que no tienes nombre,

enséñame a volar sobre los mapas.

Podemos compartir

mi soledad de mar,

en una tarde

como la tarde en que nos encontramos

entre la multitud de los pasillos.

Tú, que no tienes nombre,

como no tienen nombre las cosas

más sencillas: la espera

de un semáforo en ámbar,

la curva que una ola dibuja en la orilla,

el paisaje enmarcado en el cristal

de un tren.

Tú, que no tienes nombre

como no tienen nombre las cosas

que no existen

todavía.

 

~ Julieta Pellicer.

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