lunes, 30 de abril de 2012

Antes del naufragio

Amo en un instante con la fuerza de una vida, amo en el soslayo y el destello, amo sin retórica. No creo en el amor definitivo, no voy a quedarme jamás en ninguna parte. Amo para perder el amor y encontrarlo. Amo siempre por esa última vez que es la primera. Amo como una experiencia única. Amo sin pensar en un después, en un antes o un lánguido mañana. Amo en la sensación, en las formas que se devoran. Soy el sonido y el lugar del amor, no un animal doméstico. Amo en la carne, en el suspiro, en la desesperación de los labios que en la oscuridad se buscan. Amo de un modo indómito e inolvidable. Amo sin edad, sin arquetipo, sin manual. Amo en el instinto y en la experiencia. Amo aunque me duele y para que nos duela. Amo sin referente, fluyendo en el ritmo de mi propia sangre y de tu cuerpo. Amo sin límite, sin expectativas, sin perdón. Mi amor es el tatuaje invisible que llevarás para siempre, la fragancia que ningún olor podrá borrar. Amo a la mujer en ella y no en su imagen. En el delirio sin tregua del placer. Amo en el roce, en el susurro, en las caricias que mis manos inventan al tocarte. Amo justo antes del deseo, justo antes del ímpetu. Amo justo antes del naufragio. No hagas preguntas inútiles, nena. Sólo ámame.

 

~ Efraím Medina Reyes.

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